Queridos compañeros:
Hace más de dos años que yo y mi amigo y compañero Daniele, fuimos hechos prisioneros por la dictadura democrático-burguesa.
La mañana del 12 de junio de 2007, en el pequeño pueblo de Terrina, provincia de Lucca, según dos testimonios, una persona vestida de negro, con casco integral y gafas de sol negras, 1’60-1’65 de altura, delgado y con acento no italiano se hace entregar 3460 euros por la directora de la oficina bancaria; devolviendo la cartera a una clienta, sin coger nada de dentro. Después se aleja haciendo que se pierda su rastro.
Esto sucedió sobre las 12:15. A las 18:00 horas, a unos 15-20 km de distancia, yo y Daniele estábamos tomando el sol a los pies de una montaña. Cerca de la única carretera principal de la zona, llegan cuatro personas con las pistolas desenfundadas, sin identificarse, nos capturan e inician a hacernos preguntas sin obtener ninguna respuesta. Incautan el dinero que había en la mochila diciendo que era robado, pero las cifras no coinciden en absoluto. Al menos que hagan alguna magia que las haga coincidir.
Dicen que han encontrado una moto al otro lado de la montaña que según ellos, nosotros habríamos abandonado. Se olvidan decir que para haberlo hecho deberíamos haber escalado una montaña de 1200 metros y descender al otro lado. Cerca de la moto encuentran un caso, pero no es integral. No se ha encontrado ni una huella, ni un fragmento de ADN nuestro sobre ningún objeto incriminatorio. Yo mido 1’78 y peso 93 kilos, practico Thai boxe y levanto pesas, por lo que tengo una complexión muy reconocible. Daniele mide 1’85. Las descripciones no coinciden para nada, pero el resultado no cambia, continuamos prisioneros del enemigo.
Otro hecho a tener presente es que en los casos en los que estamos imputados nos encontramos siempre frente a los mismos magistrados y a los mismos jueces, además haciendo las investigaciones están siempre los mismos Carabinieri y policías que nos siguen desde hace 12 años.
No hay más que decir: un verdadero teatro, o circo.
En los meses siguientes se suceden investigaciones, interceptaciones y registros contra muchos compañeros de la Toscana, también muchas visitas de siniestros personajes del antiterrorismo que buscan colaboradores a cambio de libertad o dinero.
Resultado: cero.
Querría recordar otro hecho, antes del arresto hacía sólo un mes que salí de la cárcel y yo, como mis compañeros, estaba siempre vigilado, hasta cuando iba al mercado. Entonces, ¿según ellos habría podido hacer este robo sin que ninguno se diera cuenta? Nos asombra que admitan su propia imbecilidad. Después de un año pensábamos de estar cercanos a la caducidad de los hechos, pero nos llega otra orden de captura por asociación subversiva con finalidad de terrorismo, además de nosotros son acusados también Leonardo y Paola, otros compañeros son investigados pero afortunadamente no hay orden de arresto.
Muchos compañeros investigados estaban en arresto domiciliar en el mes que yo estaba fuera y por desgracia no he podido ni verlos… … figurémonos cómo hubiese podido implicarlos en un robo. Además la lógica dice que las personas que deben estar al corriente de una acción directa (cualquiera que sea ésta) son solamente aquellas estrictamente necesarias y ninguna otra, para llevar a cabo dicha acción. Me parece ridículo que realmente alguno piense que organizamos un robo de 3400 euros entre doce personas, sería delirante.
He querido contar esta historia para hacer un cuadro completo de la situación.
Paso del concepto de culpable o inocente, o del juicio del juez. Al mismo tiempo ninguno de nosotros quiere distanciarse de la práctica de la reapropiación individual o colectiva de los bienes y de los dineros de los ricos y de los capitalistas. Ya sea llamado robo o expropiación proletaria que sirva para financiar la actividad revolucionara, ayudar a quien lo necesita o para evitar la esclavitud del trabajo asalariado, no puedo más que apoyar como anarquista este tipo de práctica revolucionaria. Que el ala más pacífica del movimiento anarquista no tuerza la nariz por estas palabras mías, porque en la gloriosa historia del movimiento anárquico cientos son los anarquistas expropiadores, como Jacob, la banda Bonnot, Durruti, etc.
Con todo he cumplido cuatro años de cárcel y vuelta y revuelta me parece que me haré muchos más, visto que no pararé nunca de combatir contra el estado, la dictadura democrática y la explotación.
Estoy feliz y orgulloso de todo el apoyo que dan los compañeros fuera a los prisioneros, con cartas, ayudas, manifestaciones, pintadas en los muros, pero quisiera que la situación que estamos sufriendo sirva de estímulo a muchos para pasar a la acción. Esbirros, fascistas y explotadores creen poder hacer cualquier cosa impunemente pero no ha sido y no será siempre así, sólo se necesita un poco de coraje que dé la coherencia de unir los hechos a las palabras. ¿Cuántos inmigrantes deben ser maltratados o asesinados, casas desalojadas, compañeros arrestados, familias reducidas a la miseria, montañas, valles y campos destruidos, antes de que despertemos y decidamos dar todo de nosotros mismos para parar este sinsentido?
Yo tengo muchos intereses y miles de cosas que hacer en la vida, pero oponerme a todo ésto es la cosa más sensata que se puede hacer, si me importa mi vida y la vida de todos. El pacifismo es la pasividad del movimiento y de la gente convertida en corderitos dispuestos a ser pasto de los lobos.
Apoyamos y difundimos la contra-información, que apoye la acción directa, no solo al interno del movimiento sino dirigida a todos los explotados. Que nuestras palabras sean siempre basadas en la acción, que es la única cosa que da credibilidad a nosotros y a nuestras palabras.
Nuestros enemigos tienen la televisión, los periódicos, la mentira, el chantaje. Nosotros tenemos el amor, la verdad, el coraje, la creatividad y la inteligencia que cualifican el actuar revolucionario. Han sido escritos miles de libros, fanzines, periódicos teóricos, militantes anarquistas, y comunistas, ha sido analizada largamente nuestra idea, existen millones de libros sobre los males de la industria, de la contaminación, sobre las malhechuras de los gobiernos. Nuestras palabras y nuestros escritos aislados, no nos convierten en menos cómplices de este sinsentido. Ponerse la etiqueta de anarquista, comunista o ambientalista no nos hace menos cómplices. Visto que ahora la libertad no es cosa de este mundo, yo me siento libre sólo cuando actúo contra quien nos quiere esclavos, contra él, sus instrumentos o sus bienes. Vivir, combatir, disfrutar, sufrir y morir en la conquista de la libertad vale más que la más confortable y tranquila vida que un explotado pueda desear.
Un saludo a todos los compañeros anarquistas, comunistas, y antiimperialistas que combaten contra el estado y la explotación.
Un saludo y un abrazo a todos los compañeros, un saludo en especial a Leo: sabiéndote en libertad cuando te recuerdo también yo me siento un poco más libre. Cada día que pasas en libertad es una bofetada en la cara de estos carceleros que te querrían ver prisionero y esto hace feliz a todos los amantes de la libertad.
Por la revuelta
Por la anarquía
Francesco Gioia.
Via casale 50/A
15040 Michele (AL)
Traducción: CNA Albacete
domingo, 12 de julio de 2009
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