Difunde - ¡Presxs a la kalle!
Últimas informaciones sobre Jean-Marc Rouillan: Trasladado a la prisión de Muret y gravemente enfermo.
El compañero Jean- Marc Rouillan, ex-miembro de organizaciones armadas como el MIL, los GARI y posteriormente Action Directe en Francia es condenado a cadena perpetua por el ajusticiamiento del general Audran en 1985 y del director general de Renault en 1986. Vive la prisión con varios años en aislamiento.
Felizmente en diciembre de 2007 obtuvo la semi-libertad, la cual fue prontamente cancelada debido a una cláusula condicionante que le impedía hablar sobre los hechos por los que fue detenido hace más de 20 años. Jean Marc, nunca arrepentido, decidió "evadir" una pregunta en el semanario La Express, lo que fue reinterpretado como un rompimiento de la cláusula, denegando la "semi-libertad", volviendo a la cárcel.
En un comienzo Jean-Marc fue internado en la unidad hospitalaria de seguridad interregional por una neumonía, pero el tiempo demostró que se trataba de una enfermedad más grave.
Jean se encuentra gravemente enfermo del raro síndrome Erdheim-Chester (Jean es el caso numero 186 de esta enfermedad), una dolencia que afecta principalmente al sistema óseo. Las miserables autoridades penitenciarias rechazan y niegan prestarle atención médica. "¡Se trata de persecución y venganza judicial!" dice el comité de apoyo a los prisioneros de Action Directe.
El comité de apoyo a los presos políticos de Action Directe exige que sea trasladado a una prisión en la región de Paris, para ser atendido en el hospital de Pitié Salpêtrière (el único que puede ayudar para dicha enfermedad).
Finalmente el 28 de octubre el poder decido enviarlo a la prisión de Muret, cerca de Tolosa para apurar la venganza en contra de quien no se doblega a las normas impuestas.
Es necesario que se exprese urgentemente la solidaridad internacionalista con el compañero que a pesar de los años, el aislamiento y el encierro no ha claudicado jamás, sin arrepentirse nunca de su pasado/presente revolucionario.
Compañero Jean-Marc Rouillan...a la kalle!
Para más información de parte del propio Jean-Marc, puedes conseguir el video Ni viejos, ni traidores o los libros: Odio las mañanas, Paul Épinettes o la mixomatosis panóptica, de memoria (1) todos en castellano. En Frances: La part des Louis, de Mémoire (2), Leerte á Jules Bonnot, Chroniques Carcérales
A continuación reproducimos una entrevista realizada en junio de 2009
Le Mague: Se puede decir que vuelves de lejos. Sin tu estancia en la Unidad Hospitalaria de Seguridad Interregional (UHSI), seguramente no estarías entre nosotros…
Jean-Marc Rouillan: Si, vuelvo de lejos. ¡Lo que demuestra que las ciudadelas de lo inmóvil son territorios agitados! El pasado mes de enero caí enfermo. Algunos médicos creyeron que se trataba de una simple gripe. La dirección, por su parte, pensó (o quiso pensar) que era una depresión y me mandó al psiquiatra. El tema se fue alargando y mi salud se fue degradando hasta que el 6 de marzo tuvieron que llevarme los bomberos a urgencias. Los médicos me confirmaron que podía haber muerto allí, en cuestión de horas o de días… Sin embargo, no se trataba de un complot antiterrorista, ni era el resultado de la incompetencia del servicio de salud de Les Baumettes, sino el fútil testimonio del estado de las fábricas de la reclusión ordinaria. Sin embargo es preciso decir que a pesar de que se me aplicó de forma muy arbitraria (porque ya no soy un DPS**) una medida de vigilancia especial, nadie se dio cuenta de mi verdadera situación.
Le Mague: No eres un preso normal. Y, curiosamente, vas y coges una enfermedad nada normal…
Jean-Marc Rouillan: Padezco una de esas mixomatosis que reducen las largas condenas. El cáncer y las enfermedades degenerativas hacen estragos. Un carcelero me explicaba que había contado unas treinta defunciones en la UHSI, en unos pocos años y sin contar las suspensiones de condena de última hora… En cualquier caso, no podía caer en la vulgaridad y, como fiel partidario de la acción minoritaria, he cogido una enfermedad más rara que las mismas enfermedades huérfanas. Me he convertido en el caso 186 del síndrome del señor Chester y el doctor Erdheim.
Le Mague: ¿Cómo van tus esfuerzos por lograr que te dejen salir?
Jean-Marc Rouillan: Con el apoyo del equipo médico y acogiéndome a la ley Kouchner, he pedido una suspensión de condena. Reconozco que me revuelve un poco las tripas pedir a los jueces ese subterfugio humanitario que encubre la cruel realidad de los «eliminatoriums» de la República. Pero no tengo otra opción y esa ley forma parte del arsenal de las reducciones de condena. La última decisión colectiva de los presos de AD fue recurrir sin remordimientos a ese arsenal. Joëlle salió con una suspensión de condena. A Nathalie se la negaron, pero se benefició de una semilibertad y más tarde de la condicional.
Le Mague: ¿Dónde está la investigación médica en la lucha contra el síndrome de Chester-Erdheim y hasta dónde pueden respetar los jueces la opinión de los médicos?
Jean-Marc Rouillan: El síndrome de Chester-Erdheim es tan raro que es fácil imaginar que los laboratorios no han invertido ni un céntimo en la búsqueda de un tratamiento. No hay solución, es la dura ley del mercado. Los médicos experimentan con posologías a base de corticoides y quimioterapia. No hay tratamientos homologados; sólo son experimentos. Así que el tribunal tiene un dilema. Si los jueces me niegan el beneficio de la ley, condenan a los médicos a no respetarla. Porque todo experimento médico que se haga con una persona encarcelada está estrictamente prohibido por la ley. Una ley que se votó para acabar con los abusos que sufrían los presos en décadas anteriores. Está claro que la decisión del Juez de Vigilancia Penitenciaria repercutirá directamente en el tratamiento que voy a seguir o que no voy a seguir. Si no me sueltan, seguiré un tratamiento mínimo ya que los médicos serán muy prudentes en la posología con el fin de evitar un accidente y, dada la magnitud de los efectos secundarios, espero que el tribunal no se tome demasiado tiempo, porque ya llevo un mes sin tratamiento.
Le Mague: ¿Qué hay del escritor Jann-Marc? ¿Tienes los medios para seguir con tu trabajo literario?
Jean-Marc Rouillan: Desde que me encarcelaron, a principios de octubre del año pasado, en contra de las leyes y de los reglamentos, se me prohibió tener un ordenador. ¡Pronto hará nueve meses! Y nada indica que vayan a cambiar las cosas. Aún así, voy avanzando en mi trabajo. Tengo varios manuscritos preparados y algunos proyectos en marcha.
Le Mague: ¿Tu enfermedad te permitiría recuperar tu puesto en el equipo de Ediciones Agone?
Si salgo no sé si podría trabajar en Agone… Por lo menos, no durante las fases de tratamiento.
Nota de Traduccion :
** DPS: Détenu Particulièrement Surveillé (Preso con vigilancia especial)
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